El rol desde el que nos vinculamos con los demás puede entorpecer nuestras relaciones. La teoría del triángulo dramático creado por Karpman lo explica muy bien.
Te recomiendo que durante esta semana pongas el foco en tus interacciones con los demás, y si detectas que hay alguno de estos roles que se da con bastante frecuencia, intenta paliarlo.
Rol del salvador: “Te voy a ayudar”
El rol del salvador es el primer componente del triángulo dramático de Karpman, aparece cuando nuestro afán de ayudar a los demás se nos va de las manos y acabamos desbordados con responsabilidades (reales o no) que no nos pertenecen.
En cierta manera el salvador cree que los demás no tienen los recursos necesarios para salir de sus problemas y, por tanto, ellos tienen que salvarles. Se trata de un rol sobreprotector, en el que se necesita que le necesiten.
Problema: aparece el “burn out”, es decir, las personas que están constantemente en este rol se queman, porque su vida consiste en salvar a los demás, lo que significa olvidarse de sus propios problemas y necesidades.
Ejemplos:
- Querer salvar a mi amigo Jaime de su relación tóxica. Cuando realmente, yo solo puedo aconsejar a mi amigo, pero nada más, puesto que es su vida y son sus decisiones.
- Hacerle la tarea a mi hijo/a.
- Llevar a mi madre a todos lados y hacerle todos los trámites “porque ella no es capaz de hacerlo sola”.
Consejo: Resiste la urgencia de salvar a los demás, espera, observa ¿realmente te necesitan?¿puedes ayudarle o ya tienes demasiados frentes abiertos? Deja que los demás aprendan, sobreprotegerlos no les hará más competentes, al contrario, serán muy dependientes de ti.
Rol de víctima: “Pobre de mí”
Ocurre cuando tenemos una muy baja autoestima: nos sentimos inferiores, nos comparamos con los demás, tenemos creencias limitantes del tipo: “no puedo, yo no sé hacerlo, se me da todo mal”.
Es por todo esto que las personas con un rol de víctima siempre buscarán a personas con un rol de salvador para que puedan salvarles de aquellas situaciones en las que ellos y ellas no se ven capaces de manejar.
El problema reside en que desde este rol no hay progreso, sólo miedos y pasividad. Sienten que el mundo es cruel e injusto con ellos y que no pueden hacer nada al respecto.
Su necesidad principal es sentirse que los demás le ayudan y se compadecen de él/ella.
Ejemplos:
- Buscar constantemente la ayuda de los demás para cualquier tipo de tarea.
- “Tengo que ir siempre acompañada, no sé hacer planes sola, me da mucho miedo quedarme sola”.
- “Todo me sale mal, me quedaré en la ruina si nadie me ayuda”.
Consejo: Comenzar de manera muy progresiva a hacer cosas de manera autónoma. Trabajar las creencias limitantes. Exponerse en lugar de evitar.
Rol del perseguidor o rol de verdugo: “Todo es por tu culpa”
La persona critica, castiga y enjuicia negativamente las decisiones de los demás cuando no se adaptan a lo que él o ella creen que es lo correcto. No se soporta la debilidad y hay una clara necesidad de que se reconozca su autoridad.
Esto le hace ser una persona poco comprensiva y empática. No suele caer bien, al contrario, se le tacha de “cruel e insoportable”.
Ejemplos:
- “Tu exposición ha sido patética, los contenidos estaban bien, pero no parabas de temblar y eso lo ha estropeado todo”.
- “Con tus comentarios me has arruinado la noche delante de todos mis amigos”.
- “Nadie tiene modales hoy en día”.
Consejo: Poner el foco en el hecho de que cada persona es diferente y en que no hay una única manera de vivir, al contrario. Trabajar la empatía y la asertividad. Enseñar en lugar de criticar.
Si te gustaría poder bajar la frecuencia en la que te posicionas en alguno de estos roles, reserva una sesión o ponte en contacto conmigo ¡SIN NINGÚN COMPROMISO!
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